En la práctica matutina de los Lakers, Phil Jackson respondió a una serie de preguntas sobre jugar partidos de postemporada el Viernes Santo y el Domingo de Pascua, y luego pasó a hablar sobre sentido de las fiestas. De hecho, abordó el tema en profundidad.
"Es la culminación de la primavera", dijo Jackson. "Y está tan profundo dentro de nosotros, que es primordial. Es la historia del renacimiento -- podemos ver los tulipanes y tantas otras cosas que vuelven a la vida otra vez. Así que es algo simbólico para nosotros. Es algo maravilloso de reconocer".
Luego llegó la réplica natural: ¿Los Lakers están listos para su propio renacimiento?
"Lo estamos", dijo Jackson. "Definitivamente lo estamos. Hablamos acerca de mejorar durante el transcurso de los playoffs. Y esperemos que éste sea nuestro punto de partida para hacerlo".
Recuerda, estas palabras fueron pronunciadas antes de que los Lakers vencieran a los Hornets 100-86 el viernes por la noche para tomar una ventaja de 2-1 en la serie. Y las palabras vinieron del mismo hombre que se había preguntado: "¿Quién sabe cómo vamos a reaccionar ante el próximo partido?", después de que los Lakers lograran una victoria en el Juego 2 con mucha dificultad el miércoles por la noche.
De alguna manera, durante el transcurso de una práctica, un vuelo, una comida en el Barrio Francés o una sesión de video, el coach recuperó la confianza en su equipo.
Jackson nunca brinda falsas imágenes. Si tiene dudas sobre los jugadores o sobre su equipo, se lo dirá a los medios en un segundo. Estas palabras representaron una creencia genuina de que su equipo había vuelto a tomar forma de playoffs.
"Es una mentalidad que creo que todos podemos percibir", dijo Jackson más tarde. "Fue generada por una serie de hechos que se combinaron. Nos afirmamos en defensa. Aunque ganamos [el Juego 2], en realidad no terminamos bien el partido. Hablamos sobre hacer eso correctamente y establecer a Kobe como una amenaza ofensiva esta noche".
Kobe Bryant volvió a su forma habitual, anotando 30 puntos por 80ª vez en un partido de playoffs, acertando 10 de 20 tiros de campo tras un Juego 2 con tres aciertos en 10 intentos, durante el cual se concentró en forzar el balón hacia el poste y marcar a Chris Paul. El rendimiento de Bryant en el Juego 3 no cayó como una sorpresa.
Más notable fue la visión de dos dígitos en la casilla de anotaciones de Pau Gasol. Su llegada en aquel intercambio de febrero del 2008 restableció en los Lakers su condición de candidatos a campeonato, pero últimamente se había convertido en la primera respuesta a cualquier pregunta de: "¿Qué pasa con los Lakers?"
Gasol aún tuvo su cuota de momentos frustrantes en el Juego 3. Recibió críticas de Jackson por dejar que Carl Landry lo pasara en defensa. Falló algunos tiros internos y fue sancionado por una carga intentando hacer retroceder a Landry. Lo que aparentaba ser su momento de quiebre --una volcada autoritaria-- fue anulada por una falta marcada antes de que despegara.
Si Gasol no logró tomar el control interno -- solamente tres de sus siete aciertos de campo llegaron dentro de la pintura -- sí mostró un toque anotador poco común entre la mayoría de los grandotes. Incluso dio un paso más allá de la línea de triples y metió el tiro.
Un minuto y medio después de su triple, marcó una bandeja de segunda oportunidad, luego regresó en la siguiente posesión y metió un tiro en salto que rebotó alrededor del aro y luego entró, impulsando no menos de cinco bombeos mientras regresaba al otro extremo de la cancha.
No fue una secuencia impresionante (Jackson la describió diciendo "como, ya sabes, tener dos, tres minutos de despliegue ofensivo"), pero si esto redime a Gasol o simplemente baja el volumen de las críticas, es una cosa menos de la que los Lakers deben preocuparse.
Pero aquí sí que hay algo para alimentar la preocupación de sus oponentes: el surgimiento de Andrew Bynum como una fuerza dominante. Marcó 14 puntos y nueve rebotes en la primera mitad, quitándoles relevancia a los problemas de Gasol e impulsando a los Lakers a una ventaja de 51-42 para el descanso. Luego, en el tercer cuarto, les dio a los Lakers lo que se está convirtiendo en un susto semanal al agarrarse la rodilla derecha operada haciendo muecas de dolor. Pero dejó eso atrás y permaneció en el juego, aunque no volvió a anotar.
Los Lakers tuvieron bastante colaboración, incluyendo 10 puntos de Derek Fisher y 13 de Lamar Odom. Los Lakers lucieron mucho como lo hicieron durante una seguidilla de 17-1 después del receso por el Juego de Estrellas. Involucraron a todos y defendieron bien.
Los Hornets han anotado alrededor de 80 puntos en los últimos dos partidos. No logran poner en marcha su juego de transición porque los Lakers siguen consiguiendo tiros de alto porcentaje adentro.
"Tuvieron una canasta fácil detrás de otra", se lamentó el entrenador de los Hornets, Monty Williams. "Y creo que eso nos afectó. No hemos sido un equipo que permitió que nuestra ofensiva nos afectara en todo el año".
Parece que los Hornets se están alejando de lo que eran, y los playoffs no son el momento para hacerlo. Sin embargo, en la mayoría de las series de playoffs, llega un momento en el que es evidente para ambas partes quién va a ganar, y esa hora podría haber llegado en ésta. Si bien Williams no fue tan lejos como Doug Collins diciendo que los Lakers son un equipo mejor, sí reconoció, "Ellos tienen muchas cosas a su favor".
Incluyendo todo este asunto de la resurrección.
New Orleans tiene a la Rebirth Brass Band, que tocó durante el descanso. Los Lakers tienen un All-Star revitalizado, una superestrella que resucitó sus costumbres anotadoras y una defensa rejuvenecida. En la cancha de básquetbol, eso equivale a un despertar espiritual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
dejame tu mensaje