ENTRENAMIENTO DEL LICEY. Jordany Ramírez se traza un nuevo panorama como pitcher

Freddy Tapia
freddytapia@listindiario.com

Boca Chica

Jordany Ramírez se presentó ayer a los entrenamientos del Licey, pero esta vez con la novedad de que lo hizo como lanzador.

Ramírez, cuya precisión al fildear y potente brazo le convirtieron en uno de los mejores de la liga en el aspecto defensivo, decidió cambiar de posición porque su carrera había caído en un limbo y no pasada de AAA en el béisbol organizado.

Un promedio al bate de .223 y un contundente golpe que se dio en el mes de agosto mientras intentaba capturar un profundo batazo en un partido entre las sucursales de Houston y los Marlins apresuró una decisión que Ricardo Aponte, el difunto fisioterapeuta Cheché Arias, Jorge Sosa, varios jugadores más y directivos del Licey le habían recomendado en los últimos años.

Jordany decidió hablar con los directivos de los Astros, quienes entendieron la situación y lo enviaron a clase A para que trabajara justamente con Aponte, quien tiene varios años en esa organización como coach de pitcheo de Liga Menor.

“Después de diez años jugando béisbol como outfielder, llegué a la conclusión que si estoy haciendo lo mismo, era tiempo de estar en Grandes Ligas y como no había cumplido con esa meta, entonces decidí tomar la vía rápida, como dicen”, explica.

En sus primeras salidas, Jordany se cansaba rápido porque quería pasar a todo el mundo con una recta que viaja entre las 90 y 94 millas por hora.

Ramírez, de 26 años, es ahora un novato lanzador que prefiere desarrollarse como relevista. En las últimas tres semanas de la temporada laboró en ese rol y en cinco entradas, toleró tres carreras, todas limpias, seis hits, transfirió a cinco y ponchó a siete.

Su consejeroRefiere que tras la transición llamaba frecuentemente a Jorge Sosa para pedirle consejos.

Sosa, firmado originalmente como torpedero por los Rockies de Colorado y convertido en pitcher en el 2001 por los Marineros de Seattle, admite que le fue difícil porque hasta los entre namientos son diferentes.

“Es algo dificil, pero hay que estar cien por ciento positivo y empezar de cero, como quien va a la escuela por primera vez”, expresa.

“Jordany tiene tremendo brazo, pero tiene que administrarse, tener disciplina porque las cosas no llegan de un día para otro y dejarse llevar de los veteranos”, apunta. “Eso fue lo que yo hice, trabajé mucho con Pedro Martínez y ahora sigo aprendiendo con su hermano Ramón”.

“El brazo está ahí. Es un proceso que tomará tiempo, pero Ramón (el instructor de pitcheo) trabajará con entreél”, manifesta Francisco Busto, asistente de Fernando Ravelo, gerente general del Licey.

Cortos.- Jorge Sosa, Oneli Pérez y Freddy Dolcy también se reportaron ayer a los entrenamientos del Licey...

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